El pueblo de Son Servera ha vuelto a cumplir su promesa y un año más ha querido conmemorar el levantamiento del cordón sanitario militar establecido en el pueblo con motivo de la epidemia de la peste el día 1 de febrero de 1820. La celebración ha vuelto a su cariz más tradicional y este miércoles, 1 de febrero, la misa solemne en la iglesia de Sant Joan ha precedido la ofrenda floral a la figura del pastorcillo que preside la plaza por parte de las autoridades municipales en recuerdo a todas las personas que murieron aquel año por la peste y en señal de la promesa que se hizo hace más de doscientos años. Antes, pero, los escolares han sido los protagonistas. Y es que se ha hecho la entrega de premios del concurso escolar de poesía y glosat que se lleva a cabo entre los centros educativos como actividad para enseñar las tradiciones e historia del pueblo al alumnado. Los premiados han podido leer sus obras y la alcaldesa, junto con la regidora de Educación, les han hecho entrega de sus premios. Para acabar, ha tenido lugar la entrega del Premio Médico Joan Lliteras, uno de los actos más especiales y que reconoce la tarea de personas e instituciones que trabajan para crear conciencia social humanitaria y de investigación científica y médica en beneficio de los ciudadanos, como recordatorio a la solidaridad que recibieron vecinos de Son Servera y de los municipios de los alrededores en aquella ocasión. Este año, el premio ha sido para la Asociación Española Contra el Cáncer y su junta local de Son Servera. Desde allí, la presidenta de la junta de Son Servera, Xisca Mas, ha sido la encargada de recoger el galardón y ha querido aprovechar la oportunidad para explicar la tarea de la asociación y su trabajo, el cuál gira en torno a cuatro vertientes: la prevención, la asistencia psicológica, la ayuda en prestaciones y la investigación. Por su parte, desde el Ayuntamiento, tanto la alcaldesa, Natalia Troya, como la regidora de Sanidad, Remedios Cañadas han querido destacar la resiliencia y trabajo de la asociación y los han recordado la importancia de su tarea de cara a los enfermos y familiares de personas con cáncer. La primera muerte registrada por la epidemia de la peste en Son Servera fecha del mes de mayo de 1820 y se extendió hasta febrero de 1821, fecha en que se dio por extinguida. Entre este periodo, se estableció un cordón sanitario en el pueblo para que nadie pudiera entrar ni salir. El día en que se dio por acabada la epidemia fue el 1 de febrero, que entonces era el día de San Ignacio de Antioquía. En el calendario actual san Ignacio se celebra el 17 de octubre, pero en el santoral católico antes del 1969 era día 1 de febrero.
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